Reconocimiento y respeto

Jugadoras de fútbol celebran un gol

Hoy en día, más chicas y mujeres que nunca participan en deportes en institutos y universidades. El deporte es beneficioso para la salud física y mental, y también enseña a las chicas importantes habilidades para la vida: trabajo en equipo, fijación de objetivos, perseverancia, el valor del trabajo duro. Las chicas que practican deportes en el instituto obtienen mejores resultados en los exámenes, se gradúan en mayor proporción y ganan mejores sueldos a lo largo de su carrera.

Pero estas lecciones y beneficios no llegan a todas las chicas. El número total de chicas que practican deportes en institutos en la actualidad(3,4 millones) todavía no ha alcanzado el número total de chicos que practicaban deportes en institutos en 1972, cuando se aprobó el Título IX(3,7 millones), a pesar del crecimiento de la población. Los centros con un mayor porcentaje de alumnos pertenecientes a minorías o con bajos ingresos tienen muchas menos probabilidades de ofrecer las mismas oportunidades deportivas a las chicas. También persiste la desigualdad geográfica: en el sur del país se registran las mayores diferencias de participación de hombres y mujeres en los deportes de secundaria.

Y aunque las cifras de participación son importantes para medir el progreso de las niñas en la sociedad, también lo es el cambio cultural general. El Título IX no se refiere únicamente a la participación de las niñas, sino también a su crecimiento y desarrollo. El Título IX trata de cambiar la cultura del país para que respete a las niñas y a las mujeres, y en ese empeño aún nos queda mucho por hacer.

Las mujeres deportistas siguen sin recibir el mismo reconocimiento y respeto que los hombres. La cobertura mediática total del deporte femenino "apenas ha variado"entre 1989 y 2015. Las normas que se aplican a las atletas profesionales se ignoran en el caso de los atletas mascul inos del mismo deporte. Serena Williams -seguramente la mejor atleta de la historia, de cualquier género y en cualquier deporte- fue severamente sancionada por gritar a un árbitro, mientras que los jugadores varones admiten tener regularmente comportamientos peores sin recibir ningún castigo. Las noticias recientes muestran que Nike se benefició de la promoción de atletas femeninas -incluida Serena- al tiempo que castigaba a las mujeres por pedir la baja por maternidad. Cualquier atleta universitaria te dirá que la mayoría de las veces, más de sus compañeros asisten a los partidos de los hombres que a los de las mujeres (en una nota relacionada, tal vez deberíamos preguntarnos por qué los "deportes para espectadores" son todos en campos tradicionalmente dominados por los hombres).

Las deportistas tampoco son inmunes a los prejuicios sexistas y al acoso que asolan al resto de la cultura estadounidense. El deporte enseña a las niñas independencia, superación y ética del trabajo, pero también puede crear entornos de miedo y vergüenza. Las deportistas sufren desequilibrios de poder únicos en sus relaciones con entrenadores, preparadores físicos y compañeros (a menudo hombres). El movimiento Me Too (Yo también) arrojó luz sobre las chicas deportistas como víctimas de agresiones sexuales y sujetas a encubrimientos y negaciones por parte de las organizaciones.

¿Cómo podemos utilizar el Título IX para seguir progresando? Para empezar, debemos reconocer que centrarnos en las cifras de participación no es suficiente. Necesitamos un cambio cultural más profundo para asegurarnos de que estamos respetando a las deportistas, escuchando a las niñas y valorando las contribuciones de las mujeres en la sociedad. Para ello, cambiamos de canal y emitimos partidos femeninos en bares, restaurantes y espacios públicos. Enseñamos a chicos y chicas que todas las personas merecen respeto, dentro y fuera del campo. Impartimos formación sobre acoso sexual a todos los entrenadores, preparadores físicos y atletas del país. Y reconocemos que estas acciones son sólo el principio.

En este aniversario del Título IX, celebremos lo lejos que hemos llegado como país. Pero no perdamos de vista todo el progreso que nos queda por hacer.

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