Declaración de la Presidenta de Legal Aid at Work, Joan Graff, sobre la insurrección violenta del 6 de enero en el Capitolio de EE.UU.

Edificio del Capitolio de EE.UU. con nubes oscuras de tormenta

El 6 de enero de 2021 pasará a la historia como un día de ignominia y ajuste de cuentas en nuestra nación. Vimos cómo el corazón mismo de nuestra democracia era atacado violentamente por alborotadores de derechas que pretendían interrumpir el traspaso ordenado del poder al Presidente y a la Vicepresidenta electos, Joe Biden y Kamala Harris, debida y justamente elegidos. Y vimos con horror cómo el Presidente saliente incitaba a la turba mientras estaba secuestrado en el Ala Oeste, mientras sintonizaba la televisión para ver el violento caos.

Para ser claros, esto no fue de ninguna manera una protesta que salió mal, como los que tratan de justificar los acontecimientos después de los hechos han tratado de decir. Fue una ruptura calculada de nuestro contrato social, fomentada por quienes ocupan las más altas posiciones de poder en nuestro gobierno, incluido el presidente Trump.

Tampoco podemos decir que esta exhibición racista "no es lo que somos", como algunos han intentado afirmar. Debemos reconocer que las raíces de la intolerancia, el racismo y la injusticia están profundamente arraigadas en el tejido de nuestro país. En los cimientos de nuestra democracia está nuestro legado compartido de esclavitud y opresión sufrida por los nativos americanos, los inmigrantes, las mujeres, las personas con discapacidad y otras personas que buscan un trato justo, equitativo y respetuoso.

El líder de nuestro país ha profanado nuestra amada Constitución y ha dejado de lado el Estado de derecho mientras se gana el favor de su base, que se alimenta de la supremacía blanca, el nacionalismo y el odio racial y religioso. Esto quedó a la vista de todos cuando presenciamos cómo oleadas de racistas arrasaban el Capitolio ondeando banderas confederadas sin apenas interferencia de las fuerzas de seguridad, quizá debido a la raza de los atacantes que, como sabemos, era abrumadoramente blanca. Cabe destacar que el emblemático edificio atacado es el símbolo de nuestra nación y fue construido por negros esclavizados. Y siglos más tarde, los trabajadores negros de la Colina, que habían sobrevivido al asalto a nuestro gobierno, se encargaron de la limpieza para que el gobierno pudiera seguir con sus asuntos.

Legal Aid at Work seguirá abogando por nuestros clientes y sus comunidades en estos tiempos oscuros. Y aportaremos a nuestro trabajo los valores que apreciamos: la justicia racial, social y económica y el Estado de Derecho.

 

Atentamente,

Joan Graff
Presidenta
Legal Aid at Work

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