El New York Times destaca el papel de las notas de los médicos para conseguir adaptaciones para las trabajadoras embarazadas

Un artículodel New York Times del 8 de julio de 2015 analiza el importante papel que pueden desempeñar las notas de los médicos para ayudar a las mujeres a mantenerse sanas y empleadas durante el embarazo.

El embarazo suele provocar dolencias -como dolor de espalda, náuseas matutinas o diabetes gestacional- que requieren adaptaciones en el trabajo. Y muchos médicos aconsejan cambios modestos en el lugar de trabajo para evitar consecuencias negativas durante el embarazo, como evitar la exposición a humos tóxicos, sentarse en un taburete, hacer frecuentes pausas para ir al baño, llevar una botella de agua o pedir ayuda para levantar objetos pesados.

Los autores de un comentario publicado en Obstetrics and Gynecology advierten de que los médicos deben asegurarse de que sus notas están médicamente indicadas y son detalladas, para que sus pacientes no sean penalizadas en el trabajo. La autora principal del comentario, la Dra. Rebecca Jackson, es jefa de Obstetricia y Ginecología del Hospital General de San Francisco y la responsable médica de una asociación médico-legal con la Legal Aid Society-Employment Law Center y el Departamento de Salud Pública de San Francisco que aborda exactamente estas cuestiones, educando a los profesionales sanitarios sobre los derechos laborales de sus pacientes, facilitando plantillas de notas médicas y ofreciendo asesoramiento jurídico gratuito in situ a las pacientes embarazadas y sus familias.

El artículo del New York Times señala que cuando las notas del médico son imprecisas, "algunos empresarios las aprovechan para sugerir que una mujer no puede desempeñar su trabajo y, por tanto, debe estar de baja sin sueldo a mitad del embarazo". Pero incluso si un empresario cree que la nota del médico es incompleta o poco clara, tiene la obligación de solicitar más información a la empleada, si es necesario con aportaciones adicionales del médico. El empresario también tiene la obligación de estudiar la forma de mantener a la trabajadora embarazada en su puesto de trabajo, modificando sus funciones o trasladándola a otro puesto, en lugar de obligarla a ausentarse. Desgraciadamente, a veces las mujeres embarazadas se ven obligadas a dejar su trabajo cuando quieren y necesitan seguir trabajando para mantener a sus familias. El artículo destaca la observación de Legal Aid sobre las devastadoras consecuencias de que una mujer se vea obligada a dejar su trabajo al principio de su embarazo: "Entonces, habiendo agotado toda su baja por maternidad, antes incluso de que nazca su bebé, se la amenaza con la pérdida del empleo o se la despide".

El artículo cuenta la historia de nuestra cliente, María Yesenia Arroyo Guerrero, que trabajó como asistente de enfermería certificada durante 10 años en una residencia de ancianos en Hayward. La Sra. Arroyo presentó recientemente una demanda contra su antiguo empleador alegando violaciones de la Ley de Empleo Justo y Vivienda de California. 

Como alega en su demanda, cuando se quedó embarazada de su segundo hijo, la Sra. Arroyo empezó a sufrir dolores lumbares y de cadera, y su médico le recomendó que evitara levantar objetos pesados en el trabajo, y le proporcionó una nota detallada y médicamente indicada. Pero cuando pidió a su empleador que la readaptara, su jefe se negó y la puso de baja sin sueldo durante los 7 meses que le quedaban de embarazo. La Sra. Arroyo Guerrero suplicó que se le permitiera seguir trabajando, alegando las muchas funciones que aún podía desempeñar, pero la empresa denegó sus súplicas. Entonces, alegando que se había tomado demasiadas vacaciones, la empresa le comunicó que la despediría si no se reincorporaba al trabajo un día después de la fecha prevista para el parto por cesárea. La Sra. Arroyo Guerrero pidió una prórroga de la baja hasta que se recuperara del parto. Pero la empresa la despidió al día siguiente de nacer su bebé. 

Como en el reciente caso Young contra UPSlos empresarios suelen hacer adaptaciones para trabajadores con otro tipo de discapacidades o lesionados en el trabajo, pero no tienen en cuenta a las trabajadoras embarazadas. Aunque la decisión del Tribunal en ese caso fue una victoria para la Sra. Young, sigue obligando a muchas mujeres embarazadas de todo el país a pasar por el aro legal para obtener las adaptaciones que necesitan. Según el caso Young, las mujeres embarazadas tienen que demostrar que un gran porcentaje de las trabajadoras no embarazadas reciben adaptaciones, lo que puede ser difícil de investigar, especialmente en el caso de las nuevas empleadas, las que trabajan en lugares más pequeños o aquellas cuyos empleadores carecen de políticas oficiales. Las trabajadoras embarazadas deben tener un derecho afirmativo a las adaptaciones que necesitan para mantenerse sanas.

Por eso el Congreso debe aprobar la Ley de Equidad para las Trabajadoras Embarazadas, un proyecto de ley federal pendiente de aprobación que obligaría a las empresas a ofrecer adaptaciones razonables a las trabajadoras embarazadas. El proyecto de ley se ha vuelto a presentar recientemente con apoyo bipartidista. Afortunadamente, California -junto con un número cada vez mayor de otros estados y localidades- ya cuenta con una ley que obliga claramente a los empleadores a proporcionar adaptaciones a las trabajadoras embarazadas. No obstante, algunos empleadores siguen infringiendo la ley, por lo que la educación y la aplicación de casos como el de la Sra. Arroyo son tan importantes. 

Demasiadas mujeres se ven obligadas a dejar su trabajo en el momento en que más necesitan sus ingresos, simplemente por seguir las indicaciones de su médico y tratar de mantener un embarazo saludable. Como dijo la Sra. Arroyo al Times: "Esto no debería ocurrirle a ninguna embarazada".

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