SAN FRANCISCO - Dos hombres indonesios han llegado a un acuerdo sobre sus demandas contra el capitán de un pesquero estadounidense que, según alegan, les sometió a trabajos forzados y a trata de seres humanos. En un paso que sienta precedente para la industria pesquera comercial estadounidense, el armador del barco también aceptó un código de conducta e informar a los futuros marineros de sus derechos conforme a la legislación estadounidense, sentando las bases para mejorar las prácticas empresariales en toda la industria pesquera. El pleito fue también el primero de este tipo entablado al amparo de la Ley de Protección de las Víctimas de la Trata de Estados Unidos.
"Este acuerdo debe ser una llamada de atención a la industria de la pesca comercial", dijo Agnieszka Fryszman, socia de Cohen Milstein Sellers & Toll que representa a los demandantes y ha sido reconocida a nivel nacional por su trabajo en la lucha contra la trata de personas y el trabajo forzoso. "Simplemente no hay excusa para hacer la vista gorda ante la trata de seres humanos, y esperamos continuar nuestros esfuerzos para responsabilizar a otros en la industria."
En una demanda federal presentada en septiembre de 2016 ante el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Norte de California, Sorihin (que utiliza un solo nombre) y Abdul Fatah alegaron que les prometieron buenos empleos con buenos salarios en la industria pesquera comercial de Estados Unidos. En lugar del trabajo prometido con el salario prometido, los hombres fueron llevados al mar y trasladados contra su voluntad en medio del Océano Pacífico a otro barco, el Sea Queen II, donde alegan que fueron sometidos a trabajos forzados pescando atún, pez espada y otros mariscos en las aguas que rodean Hawai y California por un salario inferior al prometido.
La demanda alegaba que el propietario del barco, Thoai Van Nguyen, maltrató verbalmente a los demandantes y se negó a devolverles sus pasaportes, diciéndoles a Sorihin y Fatah que no podrían abandonar el Sea Queen II a menos que los trabajadores le pagaran miles de dólares. Los demandantes alegaron que se les obligaba a realizar trabajos peligrosos hasta 20 horas al día sin equipo de protección adecuado, y que se les negó tratamiento médico por las lesiones sufridas en el trabajo, incluidas heridas en la cara y un pulgar que se clavó con una máquina a bordo. Los demandantes aprovecharon finalmente la oportunidad de escapar cuando el Sea Queen II atracó en San Francisco, California.
Además de las condiciones financieras confidenciales, el propietario del buque también aceptó aplicar un código de conducta y distribuir información sobre los derechos y protecciones garantizados por la legislación estadounidense, así como información de contacto para líneas de ayuda y asistencia jurídica para quienes vean violados sus derechos. Las protecciones adicionales para los pescadores actuales y futuros a bordo del Sea Queen II garantizadas por el acuerdo incluyen: acceso garantizado a pasaportes; prestación de atención médica en caso de lesiones; horas mínimas de descanso y ropa de protección adecuada sin coste alguno; derecho a rescindir el contrato anticipadamente sin incurrir en penalizaciones; y contratos de trabajo en la propia lengua del empleado.
"Espero que el capitán trate a los marineros como ha acordado. Las líneas de ayuda del folleto serán muy útiles para los marineros en dificultades. Espero que estas protecciones ayuden a otros a no sentirse atrapados como me sentí yo", afirmó Abdul Fatah.
"Espero que el código de conducta mejore el trato que reciben los marineros del Sea Queen y de la industria pesquera. Nadie debería pasar por lo que yo pasé", añadió Sorihin. "Por eso tuve que presentar este caso. Ahora me siento más en paz".
Carole Vigne, abogada sénior de Legal Aid at Work, que también representa a estos demandantes, compartió esta esperanza: "Las protecciones básicas garantizadas en este acuerdo sientan las bases de unas normas laborales mínimas en el sector de la pesca comercial. Esperamos que se convierta en un modelo para todos los capitanes que quieran hacer lo correcto por su tripulación inmigrante."
La Organización Internacional del Trabajo ha descubierto que las empresas pesqueras contratan cada vez más marineros de países en desarrollo para reducir costes. Según sus defensores, estos trabajadores son especialmente vulnerables a la coacción y la explotación debido a su aislamiento en el mar.
"Espero que la importante victoria que hemos conseguido hoy inspire a los indonesios y a otros ciudadanos de este país que han sido víctimas de graves injusticias a tomar partido y buscar ayuda", declaró Yenny Teng-Lee, que también representa a los demandantes y es miembro activo de la comunidad indonesio-estadounidense de la zona de la bahía.
El caso es Sorihin y Abdul Fatah contra Thoai Van Nguyen dba Sea Queen II, Caso nº 16-5422, en el Tribunal de Distrito de EE.UU. para el Distrito Norte de California.
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